domingo, 28 de noviembre de 2010

Flora y Fauna de América


Flora y fauna de Norteamérica
La actividad humana ha modificado de manera significativa la flora natural de Norteamérica, pero su naturaleza básica todavía se mantiene en gran parte del continente. El bosque más notable es la taiga, o bosque boreal, formado fundamentalmente por coníferas, como piceas, abetos, tugas y alerces; cubre la mayor parte de Canadá meridional y central y se extiende hasta Alaska. Al este de Estados Unidos un bosque mixto, dominado por árboles caducifolios al norte y por varias especies de pino amarillo al sureste, ha sido en gran parte desmontado o talado, pero un área considerable ha vuelto a desarrollarse desde la década de 1940
La flora en el continente norteamericano

En la parte occidental del continente, los bosques están asociados principalmente a las cordilleras montañosas, con un predominio de las coníferas. En California, la secuoya de madera roja y la secuoya gigante alcanzan un tamaño enorme. Los bosques tropicales de México se caracterizan por su gran variedad de especies: tropicales (huayacán, caoba y cedro), coníferas (abeto, cedro blanco y oyamel) y bosques mixtos (encino, fresno, nogal y roble). La vegetación de las áreas más áridas del subcontinente está compuesta sobre todo por praderas y monte bajo. Las llanuras y praderas de Estados Unidos y Canadá meridional estaban originariamente cubiertas de hierba, pero gran parte de la flora natural ha sido reemplazada por cultivos comerciales.
Las tierras de secano del oeste de Estados Unidos y México septentrional están ocupadas en algunas regiones por una gran variedad de arbustos de porte bajo y mediano (mezquitales y nopaleras), así como por varias especies de cactáceas, agaves y yuras.

La fauna en Norteamérica
La fauna salvaje nativa de Norteamérica era numerosa y diversa, pero la difusión de los asentamientos humanos ha motivado la reducción del tamaño de los hábitats y del número de especies. En general, la fauna de Norteamérica es similar a la de las áreas septentrionales de Europa y Asia. Destacan los grandes mamíferos, como los osos (el mayor de los cuales es el grizzly), el carnero canadiense, el oso hormiguero, el ocelote, el venado, el bisonte (que formaba parte de la fauna característica del norte de México y de Estados Unidos, y del que actualmente sólo existen rebaños protegidos), el caribú, el buey almizclero y el wapití. Los grandes carnívoros incluyen el puma, el jaguar (en las regiones más meridionales), el lobo y su pariente de menor tamaño, el coyote, y, en el extremo norte, el oso polar. Una especie de marsupial, la zarigüeya, es endémica del subcontinente. De los numerosos reptiles, pocos son venenosos, como la serpiente coral, las víboras, la serpiente de cascabel, el monstruo de Gila y el lagarto de collar, presente en el suroeste de los Estados Unidos y México, los únicos lagartos venenosos del mundo. Gran variedad de peces y mariscos viven en las aguas marinas cercanas a la costa de Norteamérica, y otros muchos peces pueblan los ríos y lagos de agua dulce


Flora de América del sur
Entre las regiones secas y las de selva están los campos o sabanas (zonas de hierba alta) y los campos cerrados (de hierba y maleza). Los bosques de árboles de hoja caduca o semicaduca se encuentran en el sur de Brasil y a lo largo de las laderas de los Andes. En el sur de Brasil los bosques se abren para dar paso a zonas de praderas onduladas interrumpidas por colinas arboladas. El Gran Chaco se caracteriza por sus llanuras verdes y por su floresta de malezas espinosas. Las pampas, al este de la región central de Argentina, constituyen las más grandes extensiones de pastizales de Sudamérica. Al sur, una zona de monte (estepas de maleza) determina la transición a las extensiones de broza y mechones de hierba que cubren la seca y fría estepa de la Patagonia.

En la costa del Pacífico, hacia el norte, la vegetación de la floresta cambia gradualmente a través de bosques abiertos, dando paso a arbustos y hierba en la parte central de Chile, y a la maleza y vegetación desértica masiva en el norte de Perú, alcanzando los flancos más elevados de la cordillera de los Andes

Fauna de América del sur
Otros animales característicos del subcontinente son: la vicuña, la alpaca, el jaguar, el pecarí, el oso hormiguero y el coatí.
La variedad de aves es aún mayor debido a su aislamiento y singularidad. Se encuentran alrededor de 23 familias y 600 especies de pájaros exclusivamente neotropicales, y bajo esta clasificación se puede determinar también gran parte de otras familias, como las de los colibríes (500 especies), tanagras y guacamayos, junto con una enorme variedad de aves marinas. Entre las grandes aves están el ñandú, el cóndor y el flamenco.
Entre los más importantes reptiles están las boas y anacondas, las iguanas, los caimanes y los cocodrilos. Los peces de agua dulce son también variados y abundantes. Algunos insectos y otros invertebrados son también exclusivos de la región. En general, la fauna de Sudamérica es única, como lo es la de Oceanía; muy probablemente más de las cuatro quintas partes de las especies que la habitan son originarias de esta región zoogeográfica. El archipiélago de las islas Galápagos es el hábitat de las grandes tortugas, reptiles y aves, cuya rareza los convierte en animales de excepción.
Flora de América central
La vegetación muestra similitudes con la de Norteamérica a altitudes localizadas entre los 1.000 y 1.600 m. Los bosques de pinos y robles de las tierras elevadas se parecen a los de México. En las regiones altas de Guatemala crecen hierbas similares a las que crecen en México y Estados Unidos. Y en Costa Rica, a 3.100 m, crecen hierbas altas que son muy parecidas a las que crecen en los tres ramales de la cordillera de los Andes en Sudamérica.
Fauna de América central

La mayoría de los animales de Centroamérica son parecidos a los que existen en Sudamérica y sólo en algunos casos a los de Norteamérica. Animales como la zarigüeya, el jaguar, el margay y el ocelote, que son miembros de la familia de los Félidos, tienen vínculos con los de América del Sur. Por el contrario, el puma, el zorro gris y el coyote son de origen norteamericano. El armadillo, el oso hormiguero y el oso bezudo sobreviven en las lagunas aisladas del oriente centroamericano. El manatí se caza por su carne, al igual que la gran tortuga verde y la iguana. América Central es el hábitat de una gran variedad de serpientes, como la boa constrictora. Los papagayos, el quetzal y los tucanes son muy comunes en esta región y hay muchas especies de peces; también son importantes los tiburones del lago Nicaragua.





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